domingo, 2 de octubre de 2016

¿Quo vadis PSOE?

Escribo esta entrada en este blog dedicado al análisis político y que últimamente tengo bastante abandonado a consecuencia de unos comentarios que he ido publicando en facebook sobre los últimos acontecimientos en el PSOE y que creo necesitan una explicación mas detallada.

Vaya por delante que ni soy militante del PSOE ni lo he sido hasta la fecha, así que en este aspecto comparto la posición del sector hasta ahora crítico y desde ayer mayoritario: me preocupa mas España que el PSOE. Lo que ocurre es que considero que el PSOE es una institución lo suficientemente importante para España como para que lo que suceda en el PSOE nos deba preocupar a todos como españoles.

Creo que nadie discutirá que la situación en que queda el PSOE tras la votación de ayer en el Consejo Federal, la dimisión del Secretario General y su Ejecutiva y la inevitable elección de una Gestora, no es envidiable. Y menos en estos momentos tan cruciales para el país.

Hay que empezar por decir que es una situación que, de las tres posibilidades que hasta ahora se han barajado: intentar formar un gobierno alternativo al PP, ir a unas terceras elecciones o permitir mediante la abstención un gobierno del PP encabezado por Mariano Rajoy, solo deja en pie la última. Liderar la formación de un gobierno en estas condiciones resulta impensable. No menos impensable resulta ir a unas elecciones generales con el partido en manos de una gestora, el candidato recién dimitido y sin mecanismos para elegir uno  nuevo. Así que solo queda negociar con el PP la abstención en la investidura de Rajoy.

Lo grave, en mi opinión, es que a esta situación se ha llegado no a través un debate político interno, al que el sector ahora mayoritario siempre se ha negado, sino como consecuencia de una maniobra política (la dimisión en bloque de 17 miembros de la ejecutiva) y sin que ni siquiera en algún momento (con una única y honrosa excepción) se haya explicitado por parte de esos 17 su defensa de la abstención ante una hipotética investidura de Rajoy.

De hecho, esta opción que ahora se ha convertido en inevitable por pura eliminación de las otras posibilidades, aún ha de ser legitimada por algún órgano de decisión del PSOE, que una vez que ha sido rechazada la celebración de un Congreso convocado a tiempo de tomar dicha decisión (como proponía el sector antes mayoritario y ahora minoritario), solo puede tomar el propio Consejo Federal. El mismo órgano y las mismas personas que hace unos meses votaban por unanimidad en contra de esa posibilidad.

Así que al sector hasta ayer crítico y ahora mayoritario le queda todavía el amargo trago de defender "digo" en el mismo órgano en que antes dijeron "Diego" y ante la oposición y las críticas, bastante fundadas por cierto, del a partir de ahora sector minoritario, que le va a reprochar, con razón, no haber convocado un Congreso o una consulta a los militantes para legitimar tal cambio de línea política. 

Y si el sector mayoritario no lo hace y mantiene la negativa a la investidura de Rajoy (posibilidad que solo incluyo aquí como mera hipótesis en el marco de un argumento de reducción al absurdo), se verá abocado a liderar a su partido en unas terceras elecciones, provocando unos resultados ante los que los tan mencionados "fracasos electorales" de Sánchez iban a quedar en meros "tropiezos" sin importancia.

La consecuencia de todo ello -y ahí es donde el asunto comienza a afectarnos a todos, no solo a los militantes del PSOE- es que el PSOE va a tener que negociar su apoyo a Rajoy en la próxima investidura (aunque técnicamente se llame abstención, en la práctica es un apoyo, ya que sin él la investidura es imposible) en unas condiciones en las que mas que una negociación va a ser una rendición incondicional. Nada de negociar la retirada de leyes como la reforma laboral o la ley educativa a cambio de la abstención. Nada de poner cualquier tipo de condición o acuerdo de legislatura (como, por cierto, ha conseguido Ciudadanos). Abstención pura y dura a cambio de nada o, como diría Felipe González, por pura "responsabilidad política".

Todo ello ha sido, en el mejor de los casos, consecuencia de una cultura política que considera que es legítimo defender posicione políticas sin debatirlas, sino simplemente maniobrando de manera que se eliminen las demás posibilidades. Y en el por de los casos... Bueno, en ese caso saquen ustedes mismos las conclusiones.




1 comentario:

  1. Hemos entrado en una dinámica de elegir lo malo frente a lo peor. Pero además, haciéndolo en un cortoplacismo cada vez mas apremiante, donde son impensables las necesarias visiones a largo plazo.

    ResponderEliminar