martes, 12 de enero de 2016

Españislavia

Suele decirse que los políticos son especialistas en crearse sus propios problemas, para poder dedicarse a resolverlos en vez de a resolver los problemas de la gente. A veces, sin embargo, los problemas que crean los políticos se les van de las manos y la cosa empieza a parecerse al conocido texto de Woody Allen "Como acabar de una vez por todas con el ajedrez por correspondencia", cuya atenta lectura recomiendo a los políticos catalanes y españoles. Es decir, acaban en una situación en la que ambas partes se dan simultáneamente "jaque mate", sin ninguna posibilidad de acuerdo.

Algo así amenaza con suceder con el laberinto catalán. 

Si no fuera porque la cosa puede acabar en tragedia, podría ser incluso divertido imaginar las tribulaciones de cualquier ciudadano catalán (empresario, funcionario, trabajador, jubilado ...), apremiado por las demandas simultáneas de dos administraciones diferentes: dos legislaciones diferentes, dos haciendas diferentes, dos policías diferentes, etc... compitiendo por su lealtad (y por su bolsa).

Lo peor de todo es que se conocen los orígenes del problema: dos partidos, llamados CyU y PP, acosados por la corrupción y cada vez mas desprestigiados ante sus respectivos electorados, que necesitan urgentemente desviar la atención de la población hacia problemas distintos de sus verdaderos problemas: paro, crisis económica, crisis ambiental, crisis de confianza en las instituciones ... Las continuas llamadas de CyU (o como se llame ahora) a un partido en sus antípodas ideológicas como la CUP, basadas en los intereses superiores de la Nación Catalana, tienen su correlato en las continuas llamadas del PP al PSOE y otros partidos para que le apoyen en función de los sagrados intereses de la Nación Española. Hasta barrunto que la "solución" en España pueda ser la misma que en Cataluña, que Rajoy, como Mas, acabe siendo "sacrificado" a cambio del acuerdo ¡Hasta ahí llega el paralelismo!

Si los independentistas catalanes fueran en serio, se plantearían una estrategia a largo plazo, basada en la demanda del derecho a decidir, que cuenta ya con el apoyo del 80% de la población catalana, que explotaría en su beneficio la incapacidad de dar respuesta a esta demanda por parte de los políticos españoles. En lugar de ello, han optado por montar una independencia de pacotilla, para la que carecen de la base social necesaria. ¿Por qué? Muy sencillo, porque eso es lo que necesitan los políticos corruptos de CyU para sobrevivir unos años mas. 

En cuanto a los políticos españoles, la mayoría parece empeñada en seguirles el juego, montando la otra pieza del puzzle: un Gobierno Español de nacionalismo ultramontano, cuya única seña de identidad reconocible sea la sagrada unidad de la Patria. A esta alternativa, aparte del PP que hace lo que ha hecho siempre, envolverse en la bandera y enconar la situación, se suman los "barones" del PSOE, con Susana Díaz a la cabeza. Y Ciudadanos, un partido sin programa que hace de la españolidad a ultranza su única seña de identidad.

Sin embargo, esta es una situación ya vivida en España. ¿Se acuerdan del "Plan Ibarretxe" y de como se disolvió como un azucarillo cuando el PP perdió las elecciones?. El abertxalismo del PNV se disolvió entonces como se disuelve el ying cuando le falta el yang. ¿Y si al catalanismo de sainete de CyU le pasase lo mismo si enfrente, en lugar de otro españolismo de sainete, se encontrase con un gobierno serio, preocupado por resolver los verdaderos problemas de españoles y catalanes?. 

En cuanto a Podemos en sus diferentes versiones, si bien la solución que proponen al "problema catalán" es probablemente la mas sensata de todas, se equivocan al hacer de ello una "línea roja". No es propio de un partido que se reclama heredero del 15-M poner en el primer lugar de su estrategia negociadora un problema tan baladí como ese, cuando no solo en España, sino en Europa y en el Mundo, nos enfrentamos a problemas de mucha mayor envergadura: la guerra, el hambre y la misera cada vez mas cerca de  nuestras fronteras, una crisis social, económica y ambiental sin resolver, etc... Defiendan su propuesta, que es sensata sin duda, pero no renuncien por defenderla a un acuerdo de gobierno que acabe con los cuatro años negros del PP y pueda ser un progreso hacia la solución de los verdaderos problemas de los españoles y los catalanes. Es cuestión de prioridades, simplemente. 

Como casi siempre, Alberto Garzón dio en la tecla durante la campaña electoral al denunciar el reto independentista de Mas en Cataluña como un problema artificial, algo que implícitamente todos los demás líderes reconocieron al no referirse casi a dicho "problema", prueba inequívoca de que sus jefes de campaña sabían que no era ese el problema que inquietaba a los españoles.

Me produce cierta esperanza que el actual líder del PSOE, Pedro Sánchez, resista todavía las presiones de todo el sistema político tradicional, dentro y fuera de su partido, para formar un gobierno que sea la "imagen a través del espejo" de los independentistas que gobiernan Cataluña. Pero tengo dudas de que pueda resistir mucho tiempo.

Ojalá que sí, porque los sainetes a veces acaban en tragedia.










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