martes, 2 de septiembre de 2014

La elección "antidemocrática" de los alcaldes y la increíble pobreza del discurso de la izquierda

La propuesta del PP para la elección "directa" de los alcaldes es una propuesta antidemocrática por partida doble.

Es antidemocrática porque cualquier elección de cualquier órgano público unipersonal solo puede ser democrática si es en un proceso a doble vuelta: si ninguno de los candidatos obtiene la mayoría de los votos en la primera vuelta, se produce una segunda vuelta entre los dos candidatos mas votados. Esta es una ley universal de la democracia, válida tanto para los procesos electorales (elecciones presidenciales de Brasil, Francia...) como para los procesos parlamentarios (elección de Presidente de España, de Presidentes de Comunidades Autónomas...) y hasta para las Comunidades de Vecinos.

Por otro lado, a menos que se cambie la Ley de Régimen Local, un Alcalde que no tenga el apoyo de la mayoría de los concejales sería objeto inmediatamente de una moción de censura (Arts. 22, 33 y 123 de dicha Ley). De modo que la  "elección directa del Alcalde" que propone el PP implica necesariamente, para ser eficaz, conceder a la lista mas votada la mayoría mas uno de los concejales del pleno (algo que el propio PP ha reconocido en mas de una ocasión, aunque se abstiene de publicitarlo). Es decir, que implica no solo la elección antidemocrática de los alcaldes, sino también la elección antidemocrática de los concejales necesarios para garantizar al alcalde el apoyo del Pleno Municipal.

Dicho sea de paso, esta antidemocrática elección de concejales sería necesaria incluso si la elección de alcalde se hiciera en un proceso a dos vueltas. Y lo sería incluso en el caso de que se prohibieran las mociones de censura, pues un pleno municipal, a diferencia un parlamento, no es un órgano puramente legislativo, sino también ejecutivo. Lo que quiere decir que es imposible gobernar sin el apoyo de la mayoría de los concejales del pleno municipal. Habría que cambiar totalmente la Ley de Régimen Local, quitándole al pleno municipal la mayoría de sus atribuciones, traspasándolas directamente al alcalde, para que una elección directa de alcalde (incluso a dos vueltas) fuera eficaz sin introducir cambios antidemocráticos en la elección de los concejales. Y no estoy muy seguro de que este traspaso de competencias del pleno al alcalde sea algo muy democrático, mas bien lo contrario. 

Ante tamaño despropósito ¿Qué argumentos oímos a los máximos responsables de los partidos de la Oposición? Hasta la fecha y con honrosas excepciones, el argumento mas repetido es la "falta de consenso". Hace falta ser torpe para, a estas alturas, invocar el consenso otra vez. ¿No ha sido el "consenso" el que nos ha llevado, en gran parte, a esta situación de corrupción y de aislamiento de la casta política de la población?

¿Por qué la oposición no va al origen del problema y denuncia que la "elección directa de los alcaldes" que propone el PP es en realidad una elección antidemocrática, no solo de los alcaldes sino también de muchos concejales?

Estamos ante un nuevo ejemplo de la pérdida del discurso de la izquierda mayoritaria, que ha ido cediendo parcelas de éste a la derecha sin ni siquiera disputárselas. En este caso, en vez de negar la mayor, desenmascarando el carácter antidemocrático (y, por tanto, contraproducente desde el punto de vista de cualquier "regeneración democrática") de la propuesta, se limita a mendigar "consenso", como si el consenso pudiera justificar una medida antidemocrática.

Y no va mucho mas allá la izquierda minoritaria, que denuncia la propuesta como una medida que "favorece el bipartidismo". No es que no lo favorezca, que desde luego lo favorece, pero da la impresión de que una medida antidemocrática que no favoreciera el bipartidismo le parecería bien a la izquierda minoritaria. Es decir, da de nuevo la impresión de que los políticos se mueven fundamentalmente por sus propios intereses: en este caso la eliminación del bipartidismo, que lógicamente no interesa a los partidos minoritarios.

¡No es cuestión de consenso, ni de bipartidismo, sino de democracia, estúpidos!


1 comentario:

  1. Un amigo colombiano me envía por e-mail este interesante comentario, que reproduzco: En Colombia se utiliza un sistema presidencialista y la elección se realiza a doble vuelta. Sin embargo, la elección del alcalde es a una única vuelta y se gana normalmente por minoría simple. De hecho, es típico que el ganador de la alcaldía de Bogotá reciba un apoyo próximo al 20%. La única manera de repetir elección es que gane el voto en blanco. Efectivamente, el sistema no es bueno, pues lo primero que suele hacer el alcalde es establecer acuerdos corruptos (voto a cambio de parcelas de poder) con los concejales de cualquier color, para así poder asegurar cierta gobernabilidad. Digamos que en esa situación, es mejor ser corrupto que no serlo, pues a un alcalde limpio no lo dejan gobernar. Eso es más o menos lo que actualmente está ocurriendo con el caso de Petro, actual alcalde de Bogotá, que supongo conoces por la prensa.

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